Es todo cuestión de percusión...
da igual que sea a la hora de marcar un paso rápido por la calle o bien de tamborilear los dedos hasta dejartelos atontados, de las palmas que damos para animarnos. Es cuestion del tempo con el que nos rechinan los dientes y hacemos petar los nudillos.
El mundo es percusión
y no hay nada en este mundo tan poderoso como un tambor
((sobretodo si lo tienes dentro de la cabeza... todo sea dicho))
Y Paul Mounsey, grandioso y poco valorado donde los haya, lo sabe perfectamente
Esta es una obra de arte
tum-tum-tum-tum-tum-tum-tum-tum-tum
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