12 de septiembre de 2010

Bataillon d'amour

Estoy orgullosa y por una vez intentaré no rascar mérito del mérito. He terminado un cuento, son solo 5 páginas escritas en arial narrow 12 (me gusta, la he estado utilizando para todas las prácticas del máster). Me ha costado acabarlo porque lo dejé abandonadito en mis documentos en el ordenador del trabajo y entre la baja y el montón de trabajo que se nos echó encima el miércoles no pude ni tan siquiera mirármelo de reojo.

No tiene como de costumbre nombre y me parece que darle uno lo estropearía. Pero, siendo como soy un periplo de paradojas pues obviamente en su cabecera figura un título que borro y vuelvo a escribir, para volver a borrar y bautizarlo con otro totalmente diferente.

De momento se llama Matrioshka porque el día que lo empecé a escribir me había comprado una matrioshka, de las rojas y que dentro suyo lleva 4 muñequitas más. Dentro de las Matrioshkas debes colocar un deseo, escribirlo en un pequeño pedazo de papel y encerrarlo ahí. Dicen que se cumplen los deseos... siempre lo dicen... mira una estrella y pide un deseo, cuando pase un avión fíjate en la estela y pide un deseo; arráncate una pestaña y pide un deseo; escribe tu deseo y guárdalo dentro de un pequeño cofre de los deseos porque por supuesto el deseo se cumplirá.

Pues bien, dicen lo mismo de las matrioshkas. Esa era la idea que tenía al empezar a escribir el cuento, solo quería que fueran dos páginas y una sola escena, pero al terminarlo han sido cinco y en algún momento he decidido que debían pasar unos siglos. Pero el tiempo es laxo y se mete la lengua en el ombligo, como debe ser.

¿Un pedacito? ¿Sí?
El problema es que al ser tan cortito no sé que pedacito poneros... *se lo piensa* y como sigo sin saber qué pedacito poner, reproduzco el principio del cuentecillo.

"Cuento sin nombre

A pesar de todo, ella hace ver que no le escucha, hace ver que nada ha sido dicho ni que ni tan siquiera ha sucedido estando ella presente. Y, únicamente entonces.

Él insiste. Sombrea con su palma la sombra pequeña que es ella, como el tallo tierno de las hojas del sauce; ella no, él sí lo será.

Sabe que quiere tocarla y que no lo hará, porque ella es quien sostiene un cuchillo que quisiera afilar contra los pómulos de él.

Sólo si él supiera…

Él dice: Quiero llevarte conmigo
Cambia de tiempo y sus verbos se retraen esperando un golpe que nunca llega, que no sabrá como devolver al suceder. Ella saborea aquello que oye. Solo si él lo supiera. Extraña – entonces-, su nuca suave contra aquel pecho y dice: Jamás iré tan al norte.

[...]"

Escribiendo esta aentrada me ha venido a la mente una canción, no oso llamarme FAN de Joachim Witt pero hay una canción suya que me tiene fascinada. Miento, o no soy del todo fiel a la verdad, lo que me fascina es el videoclip. Otro día lo analizaré más detalladamente porque las imágenes que proyecta son pura poesía, medievalismo y amor cortés

BATAILLON D'AMOUR




FIN

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