¿Qué esperamos agrupados en el foro?
Hoy llegan los bárbaros.
¿Por qué inactivo está el Senado
e inmóviles los senadores no legislan?
Porque hoy llegan los bárbaros.
¿Qué leyes votarán los senadores?
Cuando los bárbaros lleguen darán la ley.
¿Por qué nuestro emperador dejo su lecho al alba,
y en la puerta mayor espera ahora sentado
en su alto trono, coronado y solemne?.
Porque hoy llegan los bárbaros.
Nuestro emperador aguarda para recibir
a su jefe. Al que hará entrega
de un largo pergamino. En él
escritas hay muchas dignidades y títulos.
¿Por qué nuestros dos cónsules y los pretores visten
sus rojas togas, de finos brocados;
y lucen brazaletes de amatistas,
y refulgentes anillos de esmeraldas espléndidas?.
¿Por qué ostentan bastones maravillosamente cincelados
en oro y plata, signos de su poder?.
Porque hoy llegan los bárbaros;
y todas esas cosas deslumbran a los bárbaros.
¿Por qué no acuden como siempre nuestros ilustres oradores
a brindarnos el chorro feliz de su elocuencia?.
Porque hoy llegan los bárbaros
que odian la retórica y los lagos discursos.
¿Por qué de pronto esa inquietud
y movimiento? (Cuánta gravedad en los rostros.)
¿Por qué vacía la multitud calles y plazas,
y sombría regresa a sus moradas?.
Porqué la noche cae y no llegan los bárbaros.
Y gente venida desde la frontera
afirma que ya no hay bárbaros.
¿Y qué será ahora de nosotros sin bárbaros?
Quizá ellos fueran una solución después de todo.
Konstantinos Pétrou Kavafis.
Esperando a los bárbaros. (1904)
Ulpiano Checa, La Invasión de los Bárbaros |
Y, en sus poemas, navegan por cientos de pequeñas embarcaciones de velas extendidas y triangulares, porteando su cargamento de analogías, de recuerdos y memorandos, elegías y salves desde Estambul hasta Algeciras y viceversa, como se cantaba en aquella otra canción. Y desde los puertos los estibadores cargan sus poemas, el mercader los anuncia y yo, como tú, los leo, es la transacción más antigua de este Mar.
Kavafis escribía a ese pasado remoto que día tras día se repite en nuestras encimeras, sobre los alféizares, al menos en esta riba del Mediterráneo. Hoy llegan los bárbaros, llegan a inspeccionar nuestras política; mirarán con lupa los esfuerzos y los abusos de una ley laboral fallida, revisarán los incentivos y las prestaciones para la creación de puestos de trabajo, preguntarán por los planes de ayuda para jóvenes emprendedores y se preguntarán: ¿Quién emprende en este país? ¿quién da trabajo? ¿Qué ha sido del trabajo?. Y Mariano Rajoy, que se levantó de su lecho antes del alba como lo hizo el emperador en el siglo IV, les espera en la puerta mayor, vestido para la ocasión; ensaya su discurso y no atiende a quien le recuerda que ni la retórica, ni los eufemismos sirven con el pueblo bárbaro. Mientras tanto, la plebe se agolpa en la plaza del foro y se pregunta: ¿Vienen los bárbaros?... quizá ellos fueran una solución después de todo.
1 comentario:
Hola linda!
Rico el té, mientras esperaba a los bárbaros.
Extraño el contraste, entre la cvilización resignada, y la aparente actividad de los bárbaros, que no vienen por más que la civilización parecen esperarlos, para "mover" un poco las cosas.
Me recuerda a un personaje de Doctor Who, un alien parecido a un ratón que siempre esperaba que lo conquistaran porque así, esclavos, era como sobrevivían.
Saludos!ª
Publicar un comentario