Icarus. Gabriel Picart |
Never regret the fall
O Icarus of the fearless flight
fot the greatest tragedy of them all
is never to feel the burning light
Oscar Wilde
¿Acaso no os sorprende la poca cantidad de poemas dedicados a Ícaro?.
Amanezco, tras la noche más corta el año, agradecida que el sol haya completado su parábola creciente y que la luna sobrepase en el horizonte su tamaño, y discurra con soltura, deslumbrándome, porque ya no hay noches tapadas.
Cae el sol y junto a él, emprendemos la caída.
Pero antes, imaginad a Icaro subido en el borde de una de las paredes del laberinto. Imaginadlo equilibrnado peso y el peso de sus alas en el margen estrecho (o no tan estrecho) del muro. Imaginadlo mirando hacia abajo. ¿Qué vería? ¿Cascotes desprendidos de los recios muros del laberinto que su padre levantó? ¿Vio los árboles en los bosques como un manto verde de estacas en las que ensartarse? ¿Vio el mar? Tal vez le fuera fácil ver el mar, al fin y al cabo, Creta es una isla. El Sol no es la metáfora, lo es la isla, Creta es la metáfora de todo de cuanto hay que desear huir. El mar, el horizonte y lo profundo tangible, aquello que ha de llegar y cuando llega nos engulle. Dime que ves a la muerte en el mar.