Maria Gaetana Agnesi
Milán, 16 de mayo 1718- 9 de enero 1799.
Los Doodles de Google son en sí mismos un pequeño fenómeno que sucesivamente va filtrando sus consecuencias y derivados en nuestras vidas internatutas. Nos entretiene y nos sacude con elegancia, y nos recuerda casi diariamente que siempre hay algo nuevo que descubrir o algo viejo que recordar.
En el día de hoy, un día insulso, con viento y sol, un viernes más (yo pensaba que tenía anginas, pero al final ha resultado que no) Google nos ha regalado la efemérides del nacimiento de María Gaetana Agnesi, una de tantas mujeres fascinadas/dedicadas a las matemáticas que la Historia convierte en historias con h minúscula, porque todo lo que es historia sin mayúscula son anécdotas.
Bien, pues María Gaetana Agnesi fue una grandísima matemática, autora a los treinta años de Instituzioni analítiche ad uso della gioventú italiana (a partir de ahora nos referiremos a ella como Instituzioni) una obra en donde a lo largo de sus más de 1.000 páginas fija los conceptos del Cálculo, desde la álgebra hasta llegar a las ecuaciones diferenciales. El valor de la Instituzione radica en el lenguaje empleado, en la claridad y orden con los que se abordan los conceptos y -muy especialmente- en los ejemplos que Agnesi eligió para ilustrar cada uno de los elementos.
La Bruja de Agnesi |
Es en la Instituzione que descubrimos a la "Bruja de Agnesi" por el que la propia Agnesi logró hacerse con un puesto en los anales de la matemática, aunque dentro de poco descubriremos otros motivos por los que Agnesi merece un puesto de honor en las universidades italianas.
La Bruja no lo era, la Bruja no existió entre el centenar de ejemplos de Agnesi, ella jamás se propuso llamar Bruja a su solución a la curva de Fermat, más bien pensó en metáforas, y ¿qué hay más semejante a una curva que una cuerda trazando diseños en el suelo? Agnesi pensó en un cabo, pensó en una cuerda marinera, escribió La Versiera (cuerda marinera con un giro que recuerda a la curva cónica), pero, cuando la Instituzione fue traducida, la cuerda marinera integró su artículo determinado y en trajín apareció un apostrofe. La Cuerda ya no era cuerda, era bruja: l'Aversiera (la malvada/ la bruja... en algunas otras traducciones también se habla de diablesa). Curioso y, como todo lo curioso, un poco malévolo (vamos, que ni hecho a propósito). La mala traducción rodó de idioma en idioma y al final todos concluimos que la cuerda era bruja y a otra cosa,que ya estábamos perdiendo mucho el tiempo.
En 1750 el Papa Benedicto XIV requirió que Agnesi tomara posesión de la cátedra de matemáticas y filosfía natural de la Universidad de Bolonia, pero según sabemos Agnesi, seguramente, no llegó a tomar posesión de la cátedra. Sabemos también que en aquellos años la matemática que había asombrado a todos, la dedicada autora y editora de la Instituzione, el que fuera reconocido por la Academia de Ciencias de París como el mejor tratado en matemáticas publicado jamás, había decidido apararse del estudio matemático, según sus palabras "(...) ella ya no estaba preocupada en aquellos temas".
Entonces, ¿en cuáles?. Lo más cercano a la mística de los números, la mística de lo simbólico: la religión.
Maria Gaetana Agnesi quiso ser monja desde muy joven, no obstante, su carrera académica la alejó de su deseo, y disfrutó durante años -puede que con cierta incomodidad- de la vida holgada que le ofrecía su reconocimiento público y la riqueza de su padre (el cual NO era un matemático como se ha querido imponer, si no un comerciante, un rico comerciante milanés). Tal vez, la muerte del padre desencadenara que Maria Gaetana Agnesi se alejara de la esfera pública, decidiera cambiar de orden sus prioridades y vistiera los hábitos, como según algunos autores aseguran, los hábitos azules de las agustinianas dedicadas al cuidado de dementes y enfermos terminales en los diversos hospicios que la orden tenía.
Cambiar el orden de sus prioridades no significa 1) que fuera obligada a dedicarse a las matemáticas como algunos han querido ver, tampoco significa que 2) se deba poner en tela de juicio la autoría de la Instituzione, este es un debate muy antiguo y del que parecer ser que solo unos poco parecen adscribirse; tampoco significa 3) que Agnesi desperdiciara su enorme capacidad echándose a perder al tomar o no los hábitos, en definitiva: aburriéndose. Porque las mujeres nos aburrimos rápidamente, no somos constantes porque no podemos serlo debido a nuestra esencia voluble, a nuestro ánimo caprichoso y a que tenemos cientos de cosas a la vez, hirviendo, que es el peor de los estados.
María Gaetana Agnesi fue una niña prodigio, según los comentarios de la época, fue una niña que a los cinco años de edad ya dominaba su lengua materna y el francés, a los nueve años su dominio del latín, griego y hebreo fascinaba a la audiencia que se congregaba en casa de los Agnesi en Milán, fue en la adolescencia que Maria Gaetana se decantó por las matemáticas. Una niña prodigio, alentada por su padre, expuesta como una delicada fruslería de encajes, ricitos y conceptos filosóficos, análisis semánticos y teorías astronómicas como también lo fueron Laura Bassi (1711-1778) o casi un siglo antes Elena Cornaro Piscopia (1646-1684). Laura Bassi, matemática y anatomista fue nombrada profesora de filosofía en la universidad y miembro de la Academia de la Ciencias de Bolonia, por su parte, Elena Cornaro Piscopia fue la primera mujer en obtener el título de doctora en una universidad europea.
Tal vez otro día debería tirar un poco más del hilo y desentrañar todos los nudos en los que mujeres como Agnesi, Bassi o Cornaro parecen perderse para convertirse en patrimonio de los más especialistas. Se les ha negado la oportunidad de llegar al "gran público" y es por ello que celebro que en un viernes tan insulso como el de hoy haya quien descubra a la falsa bruja de Agnesi y haya también quien recuerde que una vez hubo una niña políglota y mimada que llegó a darle nombre a uno de los valles del planeta Venus.
LA FIN