6 de diciembre de 2016

Dejar de consumir cultura machista y no morir en el intento, pero acabar haciéndolo

Fijaos qué título más largo. Bien, podría haberlo escrito el doble de largo y el triple de confuso, aunque el sentido del título es claro, explícito: qué difícil es huir de la cultura machista, de la cultura de la violación; qué difícil resulta encontrar un modo de entretenimiento desprovisto de ello, libre. 

Difícil y necesario. No sé si estaréis al corriente del fenómeno que se vivió en twitter a principios de otoño con el hastag #enelmedievo, donde cientos de usuarios ironizaban sobre los estereotipos de género y las imposiciones de lo que hemos convenido que son las "costumbres sinequanon de épocas pasadas". El origen de todo está en el planteamiento de una queja sobre sexualización y violencia ejercida sobre personajes femeninos en videojuegos (plus literatura fantástica) y su posterior (y esperable) respuesta de "No os quejéis que así eran las cosas en el MEDIEVO" ... claro... Risas aseguradas sobre dragones y veracidad histórica, críticas hacia todo, mala comprensión lectora (diga lo que diga el Informe PISA de este año) y muchos "estos 140 caracteres no son suficientes para expresar todo mi conocimiento". Tras toda esta bacanal y tupper con las sobras del fin de semana, algunas seguimos cuestinando por qué el único argumento esgrimido seguía siendo el de "antes eran así las cosas", básicamente porque ¿acaso no siguen siendo aquellas cosas las mismas cosas que suceden día a día?. Justificamos toda la violencia ejercida sobre los personajes femeninos en ficciones porque así son las cosas, Porque, no sé, tal vez planteo un imposible ¿Qué tal dejar de hacerlo?
Es posible que ahora entornéis los ojos (que es la expresión correcta en castellano para el manido roll eyes inglés) y digáis: aquellas cosas no son las mismas cosas de ahora. Bien, abrid un diario, encended la televisión, dadle play al capítulo de vuestra serie de moda, abrid un libro. Aquellas "cosas horribles de antaño" siguen siendo los referentes culturales de nuestras "cosas de ahora"; consumimos productos que sabemos son defectuosos, nocivos, que exponen el mundo como no queremos verlo en nuestro día a día. Algunas blogeras muchos más interesantes que yo y booktubers famosas han planteado este mismo problema: 1) la futilidad y gratuidad de la violencia contra personajes femeninos con el pretexto del rigor histórico y 2) la necesidad de transformar este "menosprecio" en "aprecio".

Resulta necesario comprender esto primero para avanzar y plantearnos el siguiente estadio: construir nuevos referentes. Abandonar los antiguos, dejar de revolcarnos y excusarnos en ellos, escribir, dirigir, narrar de un modo en el que no se justifique la violencia ejercida sobre las mujeres como un "algo normal" que si bien no compartimos es útil para nuestras proyecciones culturales, porque nos aportan un pretexto, un acomode para lo que queremos contar.

Así, algunas voces se han levantado pidiendo precisamente que se haga #boicot a todos aquellos productos culturales en donde la violencia sea gratuita y no aporte absolutamente nada a la narrativa y a la construcción de los personajes que la sufren. A qué nos estamos refiriendo: el famoso ejemplo de argumento de película de Laim Neeson, donde el personaje masculino protagonista descubre o se le hace saber que otro personaje femenino relacionado por parentesco con él ha sido bien víctima de violación, víctima de trata de blancas, etc... y debido únicamente a ello su trama avanza, se desarrolla y culmina. Ya tenemos nuestro héroe (él), ya tenemos nuestras víctimas secundarias (ellas) y a nuestras víctimas principales (los que mueren, los malos). ¿Recordáis el quejido de un sector de fans cuando en Mad Max: Fury Road el argumento giraba plenamente sobre unas "víctimas no victimizadas" y que "no se había visto nada"? A esto nos referimos.

Siguiendo con el hilo no quiero introducir más ejemplos, porque son infinitos... El #boicot se ha hecho escuchar, se ha emprendido una campaña para destapar todos aquellos productos culturales que hagan un uso indiscriminad e inútil de la violencia, de aquellos que no respeten a sus propios personajes femeninos. Y a este #boicot me uní yo cuando en mi familia pasaba de mano en mano un libro que al leerlo me dejó muerta por dentro: La ciudad sin tiempo (Enrique Moriel)


Este libro contiene una buena premisa pero una flojísima trama argumental. Es de aquellos libros sencillos de leer que te sorprenden con algunos párrafos de extremada belleza. Ideas sueltas trenzadas a ideas buenas y desaprovechadas. Este libro es un compendio de anécdotas sobre la historia de Barcelona (la ciudad sin tiempo) que camuflan perfectamente un argumento que no había pasado ni el filtro para ser un capítulo de relleno de una serie como Supernatural. 
¿De qué va? Va de vampiros, de un vampiro nacido vampiro, hijo de un vampiro o demonio que vagaba por la ciudad en el siglo XIII. Este vampiro no se ha movido de Barcelona desde entonces así que es algo así como el cronista, nadie sabe más que él. Sin embargo, no está solo, se ve atosigado, espiado y azuzado cada cierto tiempo por una entidad que él mismo identifica como El Inquisidor, un ser de luz que busca hacer lo correcto para el curso de los acontecimientos. Si esperáis un combate cara a cara olvidadlo, esta guerra no se da. Si esperáis algo de retórica metafísica y alguna que otra referencia errónea de la gnosis, lo encontraréis en este libro. Si buscáis un libro misógino, gratuito y violento, este es vuestro libro, es el mío. Es perfecto para ilustrar qué os he querido contar y defender en esta actualización del blog.
A continuación os expongo una tabla con todos y cada uno de los personajes femeninos que salen a lo largo del libro... os dejo a vosotros sacar las conclusiones (disculpad las molestias)

NOMBRE
EDAD
PROFESIÓN
ESTADO
ANOTACIONES
Madre del vampiro
Se desconoce
Prostituta
Muerta.
Quemada por la Inquisición
Mujer de origen morisco, esclava de un prostíbulo de extramuros de Barcelona (s16-17).
Concibe al protagonista con un cliente que le obliga a llevar un cepo de tortura que la inmoviliza y la “protege” de un posible mordisco vampírico.
Huérfana de les Drassanes
-7 años
mendiga
Muerta.
Primera víctima del vampiro protagonista
Sólo se dice de ella que es una niña huérfana de escasa edad que mendiga y duerme en las calles colindantes a Les Drassanes (donde se construyen barcos).
Recién enterrada
20 años +/-
Hija de una familia comerciantes
Posteriormente sabremos que será acusada de hereje
Muerta.
Ahorcada por la Inquisición
De ella no sabremos casi nada, únicamente que fue enterrada con una cruz de cobre en el cementerio de (Sant Pau del Camp) la ermita en la que el protagonista vivía como ayudante del párroco.
Su tumba fue violada.
“Había sido muy guapa”.
“La niña que quería morir”


11 años


Criada


Muerta.
Víctima del vampiro


Criada de una familia de mercaderes.
Lo primero que se nos dice de ella es que es “pequeña, rubia, frágil, pero de sugerentes formas de alguien que pronto será mujer(…) labios carnosos y como dibujados a pincel”. Las vecinas dicen que será “mamelluda”.
Aunque en la casa en la que sirve es comandada por mujeres, “pater familias” abusa de la niña de 11 años (violación, sodomía).
Posteriormente también lo hará el Hereu (el primogénito).
Hay constantes alusiones al miembro de ambos en las descripciones, como si fuera una competición padre-hijo.
Huye y se esconde en los montes cercanos a Barcelona, cuando descubre que está embarazada le pide al protagonista que la mate.

Barragana del nuevo párroco de Sant Pau del Camp
“Una chica muy joven, casi una niña”
Barragana

Se desconoce
De ella sólo sabemos que es muy joven, que vive con el párroco de Sant Pau del Camp haciendo todos los trabajos pesados de la casa y que por las noches “se oía gemir, aunque no de placer precisamente”.
Eva
15 años
Criada y pagesa
siglo XVIII
Viva.

Eva corre a Barcelona embarazada de su señor que la “había poseído cuando acababa de cumplir quince años, dejando bien sentado que son los señores, y no los siervos, los que dominan las fuerzas de la Tierra”.
Combate en el asedio de 1714 en Barcelona: “La conocí en las murallas, cuando a pesar de su gravidez empuñaba una alabarda”
“Quiero que mi hija nazca libre” (11 sept 1714)
Da a luz una niña en medio de la entrada de las tropas borbónicas.
Nada más se sabe de ella hasta que el protagonista da con la bisnieta.
Chica condenada a muerte
15 años
Sin oficio
Liberal
Inicios s.XIX
Muerta.
Ahorcada por orden de Carlos d'Espagnac,
Parte de una conspiración para matar a Espagnac es detenida y encubre a sus compañeros.
Violada por el carcelero.
El Vampiro trabaja como parte del séquito del mismo Espagnac (capitán general de Catalunya en el reinado de Fernando VII) y se interesa por su caso, hablando con ella descubre que es la bisnieta de Eva.
Por ella sabemos que la hija que dio a luz Eva en las murallas fue criada en un convento del que solo salió bastante mayor para casarse con otro criado del convento. La hija que tubo trabajo toda su vida en una fabrica de hilados (14h diarias, menos los domingos por la noche).
La madre de la condenada a muerte murió en un penal de Maó (relacionada directamente con la Guerra del Francés/ Independencia).
Finalmente es ahorcada.
Claudia
20 y largos
Viuda “que no sabía llorar” de Serra (un liberal ajusticiado pocos años antes)
Aprox 1820
Muerta.
Suicidio.
Primera y única mujer que siente una atracción hacia el vampiro protagonista.
Lo invita a vivir con ella, lo quiere como amante y compañero de causa.
El vampiro accede a sus deseos y “me serví de todas las combinaciones en las que el pene no existe, y adiviné todos los secretos que las mujeres nunca revelan” PERO, Claudia “no quería un señorito burgués, sino un compañero íntegro, capaz de darle hijos y de luchar junto a ella”.
Él le confiesa qué es, ella se suicida colgándose de una viga.
Mujer X
Se desconoce
Ama de casa
Muerta.
Violada y asesinada por Isidro Mompart, un reo que el vampiro ejecuta cuando trabaja junto al verdugo de Barcelona (Nicomedes Méndez).
Querida de un burgués barcelonés
Se desconoce
Querida/Amante
Anfitriona y tertuliana literaria en la Barcelona de la segunda mitad del siglo XIX
Viva.
Ella es quien se encarga de contratar al vampiro para asesinar a Ildefons Cerdà.
Conspiradora.
Anita
13 años
Prostituta
Principios siglo XX
Viva
Trabaja en un prostíbulo de niñas en Calle Alfonso XII.
Sus padres la llevaron al prostíbulo para pagar al Estado la cuota que podría liberar a su hermano del servicio militar obligatorio.
Se ve en vuelta en una conspiración terrorista orquestada por uno de los clientes que a su vez es confidente de la policía. Tras servir como informadora desaparece de la escena.
La niña
3 años
Niña
(Guerra Civil)
Muerta.
Niña con síndrome de Down a la que el vampiro hace de profesor particular en una torre de la parte alta de Barcelona.
Morirá en un bombardeo.
Rita
Se desconoce
Criada y niñera
(Guerra Civil)
Muerta.
Antigua prostituta, perdió a su hija nada más nacer.
Criada y niñera de una niña con Down a la que quiere como su propia hija, cuando ésta muere tras un bombardeo morirá de pena horas después.
Prostituta inmigrante
Se desconoce
Prostituta
Muerta.
Contratada para mantener relaciones sexuales con un ex-preso, atada y amordazada es violada y estrangulada.
Su caso no centra ni 5 líneas en todo el libro, aunque se deja entrever que tiene mucho que ver con el modus operandi de otra entidad eterna como lo es el vampiro de la novela.
Marta Vives
Se desconoce
Tan buen punto se remarca su juventud como se resume todo su currículum, dándose a entender que es una mujer en la treintena
Abogada
Licenciada en Historia
Arqueóloga frustrada
Investigadora vocacional
Experta en linajes barceloneses
Procuradora
Articulista ocasional para publicaciones especializadas en heráldica e Historia.
Viva.

La otra protagonista de la historia.
Tremendamente ambigua.
MARY SUE.
Perfecta, humilde, modesta, deseable, nada presuntuosa, se considera a sí misma prescindible, todo para ella es un hobby y nunca nada tiene categoría de “trabajo profesional” aunque se le remarque pública y privadamente su profesionalidad.
Poco o nada interesada en tener relaciones sentimentales se deja entrever en un par de ocasiones que su experiencia al respecto pudiera ser nula/inexistente, aunque despierta pasiones.
De ella se nos dice varias veces y -obviamente sin venir a cuento- que posee un par de piernas espectaculares debido a su pasado de atleta. Por otra parte, la vemos totalmente ajena al deseo que provoca (incluido su jefe).
Intuimos una historia personal algo turbia con relación a su madre que jamás de llega a desarrollar
Asceta.
Heredera de un legado y linaje de herejes y mujeres maltratadas.
Aunque ella está presente desde el inicio de la novela, cuesta comprenderla como una protagonista: no quiere serlo, o más bien, no quieren que lo sea.
Nada incisiva, es sumisa verbalmente, serena, calmada, siempre correcta incluso cuando está siendo amenazada. Marta Vives es el ejemplo de la Good Girl.
En un quiebro rocambolesco, el vampiro únicamente entra en contracto con ella para mostrarle la improvisada tumba del hombre que protegió de la Inquisición a una de sus antepasadas, entre ellos (los dos protagonistas) no hay más nexo que este.

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