27 de marzo de 2010

a oscuras...

[...]
Ascuras y segura
por la secreta escala, disfrazada,
¡oh dichosa ventura!
a escuras y en celada
estando ya mi casa sosegada
...
y blablablabla que continuaba San Juan de la Cruz en su famoso poema...

Hablemos del Mileniarismo!!
Hablemos de la Oscuridad!!!! co-jo-nes

En realidad, yo quería explicaros que me he pasado la semana haciendo de escriba. LITERAL y BÍBLICAMENTE hablando. En nuestra particular jerga se conoce como "Listar", es decir: hacer un listado con todas, absolutamente todas, las opiniones. Obviamente se hace a mano, no por troglotidismo sino porque hacerlo en un word sería un desastre con patas.

Creo que la Fortuna esta vez se ha posicionado en mi bando, porque tenía todos los números para que se me volviera a desarrollar-repetir la artritis de la muñeca derecha. Durante el segundo y tercer año de carrera generé una artritis de tanto escribir a mano... malditos apuntes... me pasé casi dos años con muñequeras y ungüentos y antiinflamatorios. De momento no me duele, la tengo algo resentida y de hecho esto tecleando casi todo con la izquierda.

Pero como decía yo quería hablar de la OSCURIDAD. Y, es que me he pasado toda la semana volviendo a casa a oscuras. Las tres primeras noches eran las farolas de la calle donde cojo el autobús de vuelta, dos tramos de la c/indústria a 92% a oscuras, solo iluminaba levemente la calle el cartel del Bon Preu (XD). La noche del jueves y la del viernes la iluminación se restableció en la calle indústria pero desapareció de mi calle y de la calle que enfilo una vez bajo del autobús.

Una juega, vamos...

Omitiremos los borrachos del autobús botella en mano y al tirolés con el que me topé en mi calle... sí, un tirolés... un señor enorme, orondo, con barba al estilo Bakunin, calcetines cortos blancos y TRAJE DE TIROLÉS con gorrito adornado con plumita y todo. Todo primoroso él, no sé dónde iría, pero topármelo de noche y a oscuras no mola nada... nada.

Al salir esta mañana, para cumplir mi particular tradición de "mañana de sábado consumista al lado de mis hermanas" pues me he quedado traspuesta al ver que las luces de todas las farolas de las susodichas calles estaban funcionando a pesar del apestoso sol que hoy (por fin) hace en Barelona.

VISC (A) BARCELONA... bravo...

Otra maravilla de Barcelona: ¡Hay una CASA DEL LIBRO en medio de La Maquinista!... que es algo así como una paradoja cuántica en sí misma... La Maquinista (=killolandía) y Casa del Libro (= lugar para gente medianamente leída). Lo dicho incompatibles, llamadme racista, clasista, pero es cierto y en el fondo de vuestros corazones lo sabéis.

Otra conclusión de la visita traicionera (y mañanera) a La Maquinista, jamás podré llevar tanto eyeliner como una niña de 12 años oriunda de la zona... jamás.

Edito: ¡Ah! de la visita a La Maquinista solo he vuelto a casa con dos libros más *lalalalala*

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