10 de agosto de 2008

de lo que no se debe... hablar

Hay temas de los que no se habla... porque se tuercen como cáñamo muriéndose al empezar con ellos, tan solo de formular la primera frase en tu cabeza sientes como se pudren, porque no deberías hablar de ello.
(ni pensarlos)
Te pasas días y noches pensando en ellos, poniendo en marcha planes para solucionarlos o llanamente pasar de ellos durante días, hasta que no puedas hacer ver que no existen.
Puedes echarlos a la palestra de un manotazo con un poema, una salida de tono, un anécdota de las que empiezan con la consabida entrada: "tengo un amigo que..." o incluso puedes ir y escribir sobre esos problemas de los que no se habla en algún foro.
He descubierto que hay gente que suele enviarte mensajitos o dejártelos en blogs, livejournals, foros o myspaces que dejan un rastro de problema subyacente.
Te dicen por ejemplo:

Bonita foto, sales muy bien. Estás bien?
Espero que si y que todos nuestros problemas se solucionen
porque ya va siendo hora

Qué por qué lo sé...porque yo misma he dejado mensajes así, para ir dejando un reguero de quejas leves, casi inexistentes, pero de la misma forma para dejar constancia que no estaba o estoy bien. Intento no filosofar mucho acerca de los problemas en general, pero sobre los problemas de los que no se hablan me tiene obsesionada últimamente. De estos problemas no se habla y tampoco se pregunta, se dejan en una especie de limbo artificial que se sustenta en la delicadeza de no allanar la carne tierna de las herida de los demás, generalmente ese "de los demás" suelen ser personas a las que queremos y a las que siempre les decimos: cuenta conmigo cuando estés mal, cuentame siempre lo que te preocupa y no dejes nunca que me enteré que has estado mal sin yo saberlo. Obviamente nadie se aprovecha de ello, y tenemos que hacer de parturientas de un % minúsculo del problema, para que nos hablen de ello. He ahí otro elemento a favor de la amistad.

Hay cosas de las que mejor no hablar, porque al hacerlo se empequeñecen a falta de mejores palabras que los puedan explicar, porque nos perdemos más en la sensación de congoja que no es la palabra misma, y entonces es como si el argumento de la película quedara eclipsado por el acento de alguno de los actores... (estoy de un metafórico que asusta)

Solo me ha dado por pensar que hay cosas muy adentro que duelen horrores de las que creo que no merece la pena preguntar ni buscar respuesta, a la espera que el psicoanálisis en boca de una madre pueda dar una respuesta curativa a tanta ponzoña. No sé que más decir, porque esto que se perfila ya es parte de los problemas de los que no se debería hablar que son mios y que crecen a medias durante estos días.

Así que seguiré escribiendo de manera encubierta descansando, empujando las disculpas y rascando la superficie de este jarrón de cristal .

No es una entrada feliz y eso que estoy de vacaciones *fiel amiga mia ironia*

Es solo que me ha dado por pensar de vuelta a casa que haría yo si mi madre leyera todo lo que he escrito.

Hace un par de años leí un ensayo de Zweig sobre los últimos años de vida de un filósofo alemán que despreció siempre ha su madre (una señora de pueblo y nada más) y como ella jamás leyó nada de lo que él escribo por miedo a no entender si estaba hablando de ella o no. Solo eso y nada más....


buena noches
que mañana me toca jugar un rato
y prometo que el lunes habrá entrada con poema


2 comentarios:

Addictive Epicurean dijo...

Chapó.

Últimamente yo también he pensado un poco en este tema. Y de cómo... muchas veces la amistad se convierte en preguntar y otras veces en saber guardar las distancias y saber respetar lo que pasa dentro. Son como esas palabras que mueren cuando abres la boca para que salgan. Hay problemas y cuestiones que no están hechos para reposar sobre los labios... Y son la cruz que, cargada sobre las espaldas, llevamos por todo el camino. Siempre la misma, atacando por desgaste día sí y día también. Unos días más y otros menos, cierto. ¿Pero sabes? Así como nos gustan ciertas cosas de la gente que queremos, creo que la cruz que llevan a las espaldas también puede ser parte de ello.

Y de repente tengo ganas de guardar silencio. Porque de repente lo no-dicho se vuelve más dulce que lo dicho. Y puedes querer a alguien tanto por lo que dice como por lo que no. O tal vez no. Ya no sé ni lo que me digo.

Espero que hoy te lo hayas pasado bien y que estuvieras guapa, guapa, guapa. Y ya sabes que yo al menos espero impaciente tu entrada y tus letras y tu espacio vacío entre ellas.

Clara dijo...

me lo he pasado bien
hizo demsiado calor y yo llevaba medias como la chica decente y vintage que soy pero re-dios (pose de la virgen del pilar) qué caloraco metió
¬¬
lo beuno las cigüeñas ya emigran NENAAAAA que ya está que el verano se acaba
hale!

Y encuanto al tema de "los problemas de los que no se debería hablar" puede quedar un poco nazistoide-disney decir que mejor así: mejor no hablar ¬¬
Pero es lo más sensato y con ello la muela del juicio me pega un empujón más
(XDDDDDDDDDD)

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