soldadito de plomo

Llevo una semana en silencio
prácticamente, rezando para no tener que explicarme un poco más de la cuenta,
y es que la veo venir.
Veo que se me tira encima esa sensación de miniatura lacada y arrinconada:
Me siento Soldadito de Plomo.

sobretodo eso: arrinconada.

Me despierto en mitad de la noche habiendo soñado con debates y paseos (últimamente sueño que camino mucho) y se me comen la culpa y la cobardía a partes iguales. Me despierto a trenc d'alba (cuando empieza a salir el sol) y me como los restos de mis sueños emparedándolos con premisas de ayuno. Solía acertar cuando me regalaba las imágenes de cubos de basuras y luciérnagas, ahora solo me contento recordando que tengo un Monstruo de Violencia esperando a ser bautizado.

Haríamos un buen tándem de ser todo esto una novela de fantasía heroica y nada más; obviamente sería un personaje secundario. Dadme sólo un par de capítulos para poder convertirme en un montaraz cabalgando un bicho indescriptible, que se desprende de un poblado masacrado y que se tiñe la cabellera de cobrizo. Dadme un par de capítulos y unos cuantos adjetivos descriptivos, poco más, y entonces puede que me desvista de mi traje de cosaco cojo, deje de atusar mis hombreras de lobo y os enseñe que guarda entre sus zarpas mi montura y tire al Mar Negro los correos.


Últimamente y a pesar de lo que parezca (y es que no parece nada) que todo lo que escribo parece sacado de los cantos de Huma (dragonlance) y Pushkin y me molesta. Puede que los dedos me pidan teclear heroicidades, sombras y carreras huidizas, mientras sé que se me tira encima otra ondulante temporada en la que al mirarme al espejo solo veré cerdas en vez de cabello y nudos de madera surcando mi piel (extrañamente blanca y regada); veré mis pupilas dilatadas de sueño y mis comisuras repintadas, y cojearé de nuevo. Es la época.
Por lo tanto ensillaré mi Monstruo de Violencia
y usaré los guantes de cuero tanto como pueda para no romperme los dedos al mordérmelos.

Siento que mientras escribo esto a lo largo de la mañana, intentando que no se rompa el dique que he ido construyendo a lo largo de la semana, se me endurecen las uñas y me duele el tabique nasal de una forma inconstante. Las escaleras se me perfilan perfectas y "el sobre mi frente se posa precioso" (parafraseándome).

Tengo un primer listado de poemas y de editoriales
y los tengo dispuestos como regalos que se me han quedado por entregar en la vida real. Que por tener los tengo pero no he leído los libros ni he lucido los abalorios...
Quiero

Quiero un juego perpetuo de detalles
y caleidoscopios.
y no sentirme más pequeña y cobarde
y mentirosa por no saber contar mejor qué es lo que perdura debajo de tantos años de algas y yodo.

Porque es así como me siento con un pie atado a las disculpas que todavía debo
Soldadito de Plomo en la repisa,
una ventana abierta
y una Mausser-38 cargada.
Mi montura encabritada
niebla

" Varsovia es menos gris que París..."

"Y Rusia brilla, tanto."

"Pero mi corazón arde en Berlín... "