25 de junio de 2010

¿Cuál es el aroma de la dama?

El Perfume

El historiador Plínio ubica su origen en el siglo XIII antes de Cristo, en Oriente Medio, cosa bastante obvia, pues entre el Tigris y Eufrates empezó casi todo lo que nos compete a los indoeuropeos.

Inciensos, ámbares y resinas (aceites), cortezas de árboles y arbustos y agua. Este es el esquema primitivo del perfume; se mezclaba con aceites y agua, se diluían en leche, se untaban sobre la piel, se lavaba el cabello con estás soluciones, la ropa se espolvoreaba con pequeños granitos de incienso, por supuesto que se quemaban en su forma de aceites.

El primer uso fue religioso, y desde siempre el ser humano ha buscado relacionar a los dioses y a sus acciones sobre los humanos con aromas, como avisos de la llegada de lo numinoso y mistérico. En la cosmología cristiana no permanecemos ajenos a esta práctica tan antigua como nosotros mismos, en el universo cristiano Dios es la rosa, su fresco perfume y su propia forma de corazón brillante, mientras que el Diablo es la violeta, con su inquietante aroma, disgregada y venenosa.

Pensad en cuantos emblemas militares conviven rosas con armas. Pensad, también en la Guerra de la Rosa y en las flores de Lis, pensad en los Planteganet y en las mimosas que pueblan todos los parques de Cataluña. Son mensajes y son reminiscencias de identificaciones religiosas, recuerdo de cuando el universo de lo civil y militar era el universo de lo religioso y sacro. En el mes de María (Mayo) los altares se cubren (más que nunca) de flores: amarillas (la mujer virgen) blancas (el amor purificador) de rosas (Dios) y de claveles (tránsito entre la vida y la muerte), lirios (el principio comunicador del agua).

El segundo uso para los perfumes fue el embellecimiento personal, que no es lo mismo que decir higiene personal. Egipcios y griegos los emplearon para perfumarse y perfumar sus hogares, los romanos los emplearon también para lavarse (a modo de jabones). Los árabes como suele pasar lo convirtieron en un arte de ricas combinaciones entre frutas y maderas. No obstante, un alemán se llevó el mérito de inventar el agua de colonia, más barata y fácil de producir, anteriormente los franceses se habían autoadjudicado el honor de ser los mayores consumidores... y entonces, unos siglos después, llegó la publicidad y el consumo masivo, llegaron las campañas de Navidad y el Día de la Madre. Llegó Chanel 5 y sobretodo Marilyn Monroe, llegaron las combinaciones de aromas que incitan a devorar en vez de inspirar.


Los perfumes dicen "Cómeme, deprisa..." oliendo a nata, mango y vainilla. Disculpadme entonces que no quiera consumirlos, que no haya comprado en años una colonia ni perfume de los que comúnmente se encuentran en las tiendas o grandes almacenes. ¿Por qué no? Porque, dicen que los modifican químicamente para que los perfumes de mujer atraigan químicamente a los hombres, que vayan anunciando que somos "fértiles y dóciles" y viceversa, que sus perfumes huelen como deben oler en el mundo de las ideas los "buenos padres y perfectos amantes"...

¿Es que acaso hemos perdido con la evolución nuestro sistema de feromonas?
¿Dónde está, dónde se ha quedado la premisa originaria y primer axioma del perfume?
Y preferimos olisquearnos como animales en celo...

Disculpadme si decido no untarme ni rociarme con propositos que no son los míos.






Mi perfume es el de la rosa de marruecos, la mimosa y el de la naranja con la base de la madera de cedro.




















Me lo dejo para el final.

Marcial, el gran Marcial decía: "Postumus... es sospechoso porque siempre huele bien, y oler siempre bien es tanto como oler siempre mal..."

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