6 de julio de 2010

y Roberto Benigni volvió a mí vida

Lo llevaba en secreto: pero me he reconciliado con Roberto Benigni.

Como las grandes penas que nos avergüenzan, he tardado cuatro años en hacerlo público, porque seguía pensando que nadie en este planeta debería tener en alta estima al actor italiano. Hay gente (me cuentan) que se ríe con sus comedias (benditos años noventa... ) y otros tantos que encumbran "La vida es bella" hasta la categoría de obra de arte. Obviamente, no pertenezco a ninguno de los dos grupos, voy por libre, por mi senda de desprecio. O, al menos así era hasta que un mediodía, en la universidad, me reconcilié con él.


¿Cómo fue?

Yo cursaba una asignatura de nombre larguísimo pero que se centraba exclusivamente en realizar un análisis de la Divina Comedia y de Dante. A lo largo de curso se trataban aspectos tan interesantes como las fuentes que Dante había usado para configurar el esquema físico del Infierno y del Cielo, los ecos de otros poemas e historias que allí se veían reflejados, etc. Al final del curso debíamos analizar individualmente un solo canto; en mi caso elegí el canto XIII del Purgatorio dedicado a los envidiosos (y confieso que me saqué de encima una gran losa)

Bueno, cuando finalizábamos el curso, la profesora creyó conveniente pasarnos dos vídeos para que vislumbraramos un poquito mejor la inmensidad de la obra de Dante una vez ésta era declamada en público. De hecho, Dante todavía bebe de la dialéctica medieval y su obra busca ser leída en voz alta tanto como ansía empezar a ser leída en el recogimiento de las alcobas.

Así, primero fue el vehemente Vitorio Gassman con unas pausas tremebundas, la cadencia de su voz y para qué negarlo un acento maravilloso e incluso pulido.

Por otro lado: Roberto Benigni... podéis imaginar que por entonces media aula murmuró por lo bajines, yo, muy seguramente, hice alguna mueca y eso estando en primera fila hizo sonreír malévolamente a la profesora, que sabía perfectamente QUÉ estábamos pensando. Nos pidió darle una oportunidad... y a los dos versos yo ya estaba encantada, como una ratita antes el flautista guapo...

He aquí el último canto, el canto del arco del Paraíso de la Divina Comedia (lo siento si os spoleáis...)



Es una lástima que el vídeo esté dañado al principio, pero bien se lo vale. Si podéis tened a mano vuestra edición de la Divina Comedia (en castellano) y comparar...

¿Enclave? Florencia
¿Año? 2006 (aunque el espectáculo es anterior, os indico el año del vídeo)
Fueron 13 recitales en los que Benigni recitaba diversos cantos (lo más reconocidos) sin ningún otro acompañamiento que el silencio espectral de su audiencia.

Posteriormente, el actor trasladó el recital a un show de televisión que fue emitido con un abrumador éxito en la RAI1 y editado en DVD.

Tratad de imaginar lo qué significa esto último que os he contado, es como si en España se recitase en prime time el Cantar del Mío Cid y fuera líder de audiencia o como si en Catalunya se recitase Canigó de Mossen Jacint Verdaguer... y en los dos casos fuera líder de audiéncia y se editase en Dvd con gran éxito.

Parece ser que Italia no está tan mal como se pensaba el resto del mundo y parece ser que Roberto Benigni es mucho, mucho, más que el esperpento que se subía en las butacas...

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