14 de julio de 2010

Italo Calvino y la mitad del mundo

Segunda semana del curso de Arte y Psicoanálisis de la UOC.

Italo Calvino, El vizconde demediado (pág. 53) Ed. Siruela



"¡Ojalá se pudieran partir todas las cosas enteras, así cada uno podría salir de su obtusa e ignorante integridad. Estaba entero y todas las cosas eran para mí naturales y confusas, estúpidas como el aire; creía verlo todo y no veía más que la corteza. Si alguna vez te conviertes en la mitad de ti mismo, muchacho, te lo deseo, comprenderás cosas que escapan a la normal inteligencia de los cerebros enteros. Habrás perdido la mitad de tí y del mundo, pero la mitad que quede será más profunda y valiosa. Y también tú querrás que todo esté demediado y desgarrado a tu imagen, porque belleza y sabiduría y justícia existen sólo en lo hecho pedazos"

Nos pasamos la vida buscando aquello que nos complete o a quien nos completa, rellenando con algodón los huecos de nuestro cerebro, de nuestra visión, los huecos que dejan los dedos al despegarse entre ellos, a los pliegues de dentro y de fuera, cada mísero agujero; buscando lo que pueda encajar y terminar este puzzle eterno... cuando en realidad vivir en las madrigueras de nuestra conciencia resulta mucho mejor. En la mitad de lo que somos, porque el otro pedazo le corresponde a las sombras, sean las que sean.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

tremebundo

Karstiel dijo...

La vida tiende a consistir en "completarnos" pero, ¿por qué? ¿por qué hay que ir tratando de ser mejores (-> diferentes)?

Quizás estemos programados para que no nos guste ser nosotros y siempre intentemos rellenarlo todo para tener algo nuevo por ahí

Clara dijo...

bienvenido anónimo


Karstiel: nos enseñan que la plenitud es precisamente la última esfera de la felicidad, que mientras nos sintamos llenos y completos estaremos en el camino de lograr dicha felicidad. Cualquier religión lo propugna.

Pero en cambio, aunque cuesta al principio, no tan sólo el camino por hacer sino la sensación que nada ni nadie nos llena ni puede hacerlo; que tampoco necesitamos buscarlo desaforadamente, esa sensación es mucho más cercana a la verdadera liberación.

Y pensar que estamos programados para que nunca nada nos guste de nosotros mismos me parece que es como la últimate coña de la evolución XDDDDD

Karstiel dijo...

¿Y qué otra cosa puede ser que una broma muy pesada?

Realmente si hubiera alguien recogiendo todas las aventuras y desventuras de la humanidad, fijo que tendrían una tragicomedia por eones :D

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