A día de hoy.
Creo que no estoy preparada para convertirme en ese tipo de personas, aunque la definición más acertada sería la de "ente nebuloso" que facilitan la vida de los demás, verdaderas sombras que sin murmurar ni dar su nombre consiguen que los días sean resbalazidos en un sentido lúdico, que las noches no pesen parloteando de casi nada y que los años se desmenucen como pan seco bajo la presión de sus manos, endulcoradas. Creo que ya no sé cómo modular mi voz para que no retumbe en la caverna de mi garganta repleta de calambres y que mis ojos no demuestren que me quiero ir de todas las estancias en las que entro.
Creo que no sé cómo convertirme en aquello que quería ser de pequeña al crecer: Facilitadora
Me aliviaba pensar que sería una sombra en los pasillos de algún gran edificio.
Me alivia cuanto más pensaba que era necesario brillar y reflejarme en el brillo mustio de los demás. Ser un Sol en mitad de un mar de lunas, en la hipotenusa de la trayectoria de mi adolescencia.
La bipolaridad de mis sentimientos nace de la sobrada inseguridad que puebla precisamente la recamara de las primeras ambiciones. Y di un portazo tan grande que atranque la puerta... Y ahora solo puedo ver mis aspiraciones a través del picaporte, por las ranuras y revoloteando entremedio de las bisagras. Verlas ahí encerradas aviva esa pequeñita brasa, mínúscula, a la que ha quedado reducida mi carácter y por instantes creo disponer de la fuerza precisa para astillar la puerta y dejarlas ir...
Sin embargo, me aliviaba la idea de facilitarle la vida a alguien de vivir por entero en el ideal de otro, porque los mios ha quedado demostrado que no se sostienen y van vestidos con harapos. Por aquello del portazo mal dado en el momento equivocado.
La vida por lo que cuenta ahora es una retalía de verificaciones.
En dias como hoy aprendo que mi espíritu es más bien de siervo y languidece por órdenes que prometan recompensas, palmaditas en la espalda y pañuelos para después.
Vaya asco
26 de mayo de 2008
24 de mayo de 2008
bello estramonio
A veces cuando me suceden las cosas las dejo pasar para que pueda hablar de ellas una vez en frio...que decir que siempre acabo olvidandome, que nunca empiezo y mucho menos acabo de explicar, explicarme o explicaros lo bueno que pasa en mi vida.
Llevo una semana deprimidilla porque en el trabajo ahora se nos amontonan los encargos y veo que va para largo y ya me gustaría tener unas semanas más para languidecer delante de mi ordenador sin nada más que hacer que re-escribir la tesis doctoral de alguien... Pero no -oh fortuna-, el caso es que preveo un final de primavera e inicios de verano caldeados...
Súmenle a esta primera condición que llevo también una semana meditando a pedradas sobre porque casi no recibo muestras de amor, exceptuando a las 4-5 personas que "bien me quiero" no hay nadie que pretenda comprarme con mimos o regalitos. Y sí, lo digo así de claramente. Sé que este tipo de "galanterias" incluso dentro de las relaciones amistosas son fruto de una incesante e inoportuna necesidad de comprar al otro de tenerlo contento y listos. Tal vez le esté dando un matiz demasiado grosero o mercantil. Estoy dolida. Dolida de verdad.
Ahora comprendo muy claramente, cristalinamente lo que es detestar la dicha del amor que no se nos profesa. Sin mayores palabras. El CARIÑO del que muchas veces nos vemos desprovistos pero ni en el que casi recaemos, para no herirnos. Este mundo es seco, áspero tanto que solo con salivazos pasan los días... Y si aprendes a moverte así con el vientre liso acorazado aprendes a vivir bien escondiéndote detrás de la sordera; interpretando todo los gritos interiores como un abanico de ecos, y solo ecos. PERO, alas!, cuanto más lisa tengamos la coraza más reluciente será, totalmente inocua en la oscuridad, un espejo pulido...
No quiero decir casi nada de lo que se puede entreleer, sino que estoy un poco harta de esta olvidadiza presencia que ostento.
Me dicen que ya está bien, que es una buena manera de ir por el mundo: altiva (vaya vergüenza) autosuficiente -cuando me deshago por un poco de mimerio- y capaz. Me asusta cuando me dicen que se me ve una persona CAPAZ..... perdón? Capaz de qué? de algo bueno o malo? capaz de quéeeeeee?! Capaz pero capada?
No lo sé...
Y, de mientras, esquivo verme ante el reflejo de mi caparazón, ante el lujo de la autoconmiseración porque Hoffmann escribió esto pensando en nosotros:
Llevo una semana deprimidilla porque en el trabajo ahora se nos amontonan los encargos y veo que va para largo y ya me gustaría tener unas semanas más para languidecer delante de mi ordenador sin nada más que hacer que re-escribir la tesis doctoral de alguien... Pero no -oh fortuna-, el caso es que preveo un final de primavera e inicios de verano caldeados...
Súmenle a esta primera condición que llevo también una semana meditando a pedradas sobre porque casi no recibo muestras de amor, exceptuando a las 4-5 personas que "bien me quiero" no hay nadie que pretenda comprarme con mimos o regalitos. Y sí, lo digo así de claramente. Sé que este tipo de "galanterias" incluso dentro de las relaciones amistosas son fruto de una incesante e inoportuna necesidad de comprar al otro de tenerlo contento y listos. Tal vez le esté dando un matiz demasiado grosero o mercantil. Estoy dolida. Dolida de verdad.
Ahora comprendo muy claramente, cristalinamente lo que es detestar la dicha del amor que no se nos profesa. Sin mayores palabras. El CARIÑO del que muchas veces nos vemos desprovistos pero ni en el que casi recaemos, para no herirnos. Este mundo es seco, áspero tanto que solo con salivazos pasan los días... Y si aprendes a moverte así con el vientre liso acorazado aprendes a vivir bien escondiéndote detrás de la sordera; interpretando todo los gritos interiores como un abanico de ecos, y solo ecos. PERO, alas!, cuanto más lisa tengamos la coraza más reluciente será, totalmente inocua en la oscuridad, un espejo pulido...
No quiero decir casi nada de lo que se puede entreleer, sino que estoy un poco harta de esta olvidadiza presencia que ostento.
Me dicen que ya está bien, que es una buena manera de ir por el mundo: altiva (vaya vergüenza) autosuficiente -cuando me deshago por un poco de mimerio- y capaz. Me asusta cuando me dicen que se me ve una persona CAPAZ..... perdón? Capaz de qué? de algo bueno o malo? capaz de quéeeeeee?! Capaz pero capada?
No lo sé...
Y, de mientras, esquivo verme ante el reflejo de mi caparazón, ante el lujo de la autoconmiseración porque Hoffmann escribió esto pensando en nosotros:
"[...]
Así transcurría la sencilla vida monacal, en la que Eugenio sentíase muy a gusto, entregado en cuerpo y alma. Pero la enfermedad consume el interior del ser humano cuando el espíritu, haciendo caso omiso de su propio organismo, comete el error de contrariar las aspiraciones de la vida. Podría llamarse propiamente enfermedad la autarquía hipondríaca en la que vivía Eugenio, atendido a su propio trabajo, que le robaba poco a poco su ingenua alegría y hacía que todo lo que estuviera fuera del estrecho círculo suyo le pareciese frío y ordinario. Como no saliera nunca de la casa, a excepción hecha de los domingos, en compañía de su esposa-madre, perdió el contacto con todos sus amigos;evitaba las visitas, incluso la de Severo, pues la presencia de su amigo le angustiaba de tal modo que hasta dejó de verle. "
Así transcurría la sencilla vida monacal, en la que Eugenio sentíase muy a gusto, entregado en cuerpo y alma. Pero la enfermedad consume el interior del ser humano cuando el espíritu, haciendo caso omiso de su propio organismo, comete el error de contrariar las aspiraciones de la vida. Podría llamarse propiamente enfermedad la autarquía hipondríaca en la que vivía Eugenio, atendido a su propio trabajo, que le robaba poco a poco su ingenua alegría y hacía que todo lo que estuviera fuera del estrecho círculo suyo le pareciese frío y ordinario. Como no saliera nunca de la casa, a excepción hecha de los domingos, en compañía de su esposa-madre, perdió el contacto con todos sus amigos;evitaba las visitas, incluso la de Severo, pues la presencia de su amigo le angustiaba de tal modo que hasta dejó de verle. "
...Y bla bla bla...
Que levante la mano quien siente que le describen...
Me siento desbordada
abocada a meses de grises
Y de mientras no pienso en nadie
porque nadie me quiere comprar y echarme un lazo de raso corredizo que me apriete la vena de la hipocresía. Porque quiero eso: hipocresía en el fondo, entrar de suplente en el partido y hacer dos o tres vueltas al campo, algún buen pase... quiero un poco de protagonismo. No obstante no pienso en nadie...
Al llegar a casa he abierto el correo y una amiga de la facultad me ha escrito pidiéndome audiencia porque me echa en falta y mucho y escribo porque a veces me pasan cosas buenas pero me olvido de escribir sobre ellas, esperando que sean mejores y se prolonguen. Ya he aprendido a que no es así, cuando pasan al vuelo es mejor agarrarlas y saborear en mitad de la noche del viernes que estas llorando con el pecho hinchado porque alguien te da un poco de lo que pedías a ladridos.
Buenas noches
Que levante la mano quien siente que le describen...
Me siento desbordada
abocada a meses de grises
Y de mientras no pienso en nadie
porque nadie me quiere comprar y echarme un lazo de raso corredizo que me apriete la vena de la hipocresía. Porque quiero eso: hipocresía en el fondo, entrar de suplente en el partido y hacer dos o tres vueltas al campo, algún buen pase... quiero un poco de protagonismo. No obstante no pienso en nadie...
Al llegar a casa he abierto el correo y una amiga de la facultad me ha escrito pidiéndome audiencia porque me echa en falta y mucho y escribo porque a veces me pasan cosas buenas pero me olvido de escribir sobre ellas, esperando que sean mejores y se prolonguen. Ya he aprendido a que no es así, cuando pasan al vuelo es mejor agarrarlas y saborear en mitad de la noche del viernes que estas llorando con el pecho hinchado porque alguien te da un poco de lo que pedías a ladridos.
Buenas noches
13 de mayo de 2008
memo
Suelo guardar con empeño mis libretas.
Pensando que mi madre en su saturnal empeño pro ordenarlo todo hasta lo que no debiera tener orden no las descubrirá jamás; y que por ello sus comentarios sobre mi más posible carrera como narradora (sea en la radio, como investigadora dentro o fuera del ámbito universitario) nada tienen que ver con mi más que supuesta capacidad narrativa.
Suele dejarse de lado
En mi familia prefieren centrarse en mi recién re-fundada habilidad para coser y de la que todos han acabado aprovechándose. No puedo creerme que tenga una lista de encargos entre los que se cuentan pantalones para mi padre, bolsos para mi abuela y vestidos para mis hermanas...
Suelen dejar de lado, olvidándolo y sin más, que puedo escribir y escribo con eventuales idas y vueltas, incrementando el ritmo o aparcándolo casi para siempre. Tengo ideas. Quién no las tiene, pero se me escapan como arenilla sobre la piel reseca, sólo me queda un rastro demasiado fino que escuece al cabo de los días. Solía quedarme en blanco, nuclearizada, esperando los autobuses, en mitad de los aparcamientos estrellados y en la repisa del ascensor, pensando y componiendo. Solía pulular por un mundo (uno de los que se pueden poblar) hiper realista, colmado de malos meses y moscas, poblado de visitas médicas y teléfonos colgados. Diríase que en la rutina del dramatismo de una película intimista y mundana. Solía tan solo... hablar enfundada en un traje de puntos suspensivos.
Pero ahora el manojo de mis dedos se a atrofiado y ya no escribo, tecleo o garabateo, ya no.
He dejado de mirar si mis libretas siguen estando en su meticuloso orden categórico dentro del carpesano que al tocarlo siempre se desmonta. He dejado de preguntarme si mi madre recuerda que soy capaz de escribir, cuan buenos eran mis trabajos para la universidad, cómo me miró como si fuera un cangrejo gigante cuando leyó mi trabajo sobre la envidia en el purgatorio de Dante... Ya no coincidimos en la cena, ya no puedo explicarle que sucede cuando descubres que ese libro y no otro significa lo que siempre has querido dejar explicado.
Una vez en mitad de un pasillo cremoso (detesto ese color y todos los edificios que frecuento son de ese color) le supliqué por teléfono a alguien que si algo me pasaba en los siguientes días le contara a quién yo bien me quería entonces que todo, absolutamente todo, lo que estaba dejando escrito -torpemente como muñones de pan- era para ella, que el resto le estaban muy por detrás, a penas ligeras referencias. Y en mitad de ese pasillo empecé a drenarme.
Ya no hay colibrí de sangre de sol
Ya no hay inercia
Ni Aral predomina
Ni navajazos con forma de moscas
Ni la amenazadora botella rota en mi nuca abierta
Ya no hay deseos de dormir
Guardo mis libretas
esperando a que las lean.
Clara
Trato de impugnar esta sequía, por bastarda y sumamente mentirosa...
Pensando que mi madre en su saturnal empeño pro ordenarlo todo hasta lo que no debiera tener orden no las descubrirá jamás; y que por ello sus comentarios sobre mi más posible carrera como narradora (sea en la radio, como investigadora dentro o fuera del ámbito universitario) nada tienen que ver con mi más que supuesta capacidad narrativa.
Suele dejarse de lado
En mi familia prefieren centrarse en mi recién re-fundada habilidad para coser y de la que todos han acabado aprovechándose. No puedo creerme que tenga una lista de encargos entre los que se cuentan pantalones para mi padre, bolsos para mi abuela y vestidos para mis hermanas...
Suelen dejar de lado, olvidándolo y sin más, que puedo escribir y escribo con eventuales idas y vueltas, incrementando el ritmo o aparcándolo casi para siempre. Tengo ideas. Quién no las tiene, pero se me escapan como arenilla sobre la piel reseca, sólo me queda un rastro demasiado fino que escuece al cabo de los días. Solía quedarme en blanco, nuclearizada, esperando los autobuses, en mitad de los aparcamientos estrellados y en la repisa del ascensor, pensando y componiendo. Solía pulular por un mundo (uno de los que se pueden poblar) hiper realista, colmado de malos meses y moscas, poblado de visitas médicas y teléfonos colgados. Diríase que en la rutina del dramatismo de una película intimista y mundana. Solía tan solo... hablar enfundada en un traje de puntos suspensivos.
Pero ahora el manojo de mis dedos se a atrofiado y ya no escribo, tecleo o garabateo, ya no.
He dejado de mirar si mis libretas siguen estando en su meticuloso orden categórico dentro del carpesano que al tocarlo siempre se desmonta. He dejado de preguntarme si mi madre recuerda que soy capaz de escribir, cuan buenos eran mis trabajos para la universidad, cómo me miró como si fuera un cangrejo gigante cuando leyó mi trabajo sobre la envidia en el purgatorio de Dante... Ya no coincidimos en la cena, ya no puedo explicarle que sucede cuando descubres que ese libro y no otro significa lo que siempre has querido dejar explicado.
Una vez en mitad de un pasillo cremoso (detesto ese color y todos los edificios que frecuento son de ese color) le supliqué por teléfono a alguien que si algo me pasaba en los siguientes días le contara a quién yo bien me quería entonces que todo, absolutamente todo, lo que estaba dejando escrito -torpemente como muñones de pan- era para ella, que el resto le estaban muy por detrás, a penas ligeras referencias. Y en mitad de ese pasillo empecé a drenarme.
Ya no hay colibrí de sangre de sol
Ya no hay inercia
Ni Aral predomina
Ni navajazos con forma de moscas
Ni la amenazadora botella rota en mi nuca abierta
Ya no hay deseos de dormir
Guardo mis libretas
esperando a que las lean.
Clara
Trato de impugnar esta sequía, por bastarda y sumamente mentirosa...
9 de mayo de 2008
si los sueños son la cresta de las olas... o la espuma de un champan.
He vuelto a soñar con agua
mares
y océanos bicolores.
...
Debería sentir ahora mismo un leve temor reposando, dejándose macerar. Pues siempre que sueño con agua-mares, crestas de olas, tormentas marinas, un palmo de agua estancada en mi habitación o con cualquier ser que se mueve debajo de agua- siempre resulta que le prendo la mecha de mis miedos y me complazco regalándome (gratuitamente por supuesto) una leve temporada repleta de descorazonados momentos en medio del trayecto de bus o en mitad de un análisis estadístico.
No obstante, llevo días y semanas sumadas divagando y infiriendo sobre los más recientes aspectos de mi vida, relacionados o ajenos a qué hago actualmente firmando contratos y cómo mi general suerte parece ir a la contra de la del resto del país.
Y debe haber sido el detonante para volver a soñar con mares y agua llenándome los pulmones.
No hace falta ir muy hacia dentro en un análisis psico-análitico
Cuando sueño con agua
al despertar presiento todavía la sombra de la presión en mis sienes
al despertar todavía respiro con sorpresa de nuevo
al despertar oigo las olas
y mis pies extrañamente fríos y sucios;
mis manos abiertas en una mutación de aletas
Después, pero solo algunas veces, digo en voz alta: agua
y vuelvo a dormirme.
Esta noche, el mar era un océano verde con bancos de peces inmensos y semitransparentes, funcionando como pequeños espejos reflejando, despistando, iluminando y cegando. Y yo buceaba. Arriba, donde rompen las olas que apenas se han formado estaba otra mujer mirándome allá abajo pisando el agua, hundiendo sus pies hasta los tobillos.
Los bancos de peces se abrían a mi paso y me sentía enrabiada, corriendo, vibrante en fogonazos de hambre si tuviera que resumirlo: de caza.
Aquella que nadaba se lanzaba a por aquella yo que me miraba.
Y al agarrarle por los pies y tirar de ella hacia abajo, conmigo, dentro de ese reescrito mar verde: ha gritado. Un sorprendido grito, tomada por sorpresa, RAPTADA.
Me he despertado
...
Siempre que sueño con agua soy la víctima. Son pesadillas, nada más que pesadillas de las que me quiero deshacer coleando, palmeando y echando bocanadas como una carpa. Sin embargo hoy no ha sido así. Hoy me he atacado a mi misma dentro de un sueño guionizado como siempre, repleto de agua y bicolor.
Lleva lloviendo toda la mañana, y es como una pequeña broma que llevo colgando de la boca, sonriente.
Agua
mares
y océanos bicolores.
...
Debería sentir ahora mismo un leve temor reposando, dejándose macerar. Pues siempre que sueño con agua-mares, crestas de olas, tormentas marinas, un palmo de agua estancada en mi habitación o con cualquier ser que se mueve debajo de agua- siempre resulta que le prendo la mecha de mis miedos y me complazco regalándome (gratuitamente por supuesto) una leve temporada repleta de descorazonados momentos en medio del trayecto de bus o en mitad de un análisis estadístico.
No obstante, llevo días y semanas sumadas divagando y infiriendo sobre los más recientes aspectos de mi vida, relacionados o ajenos a qué hago actualmente firmando contratos y cómo mi general suerte parece ir a la contra de la del resto del país.
Y debe haber sido el detonante para volver a soñar con mares y agua llenándome los pulmones.
No hace falta ir muy hacia dentro en un análisis psico-análitico
Cuando sueño con agua
al despertar presiento todavía la sombra de la presión en mis sienes
al despertar todavía respiro con sorpresa de nuevo
al despertar oigo las olas
y mis pies extrañamente fríos y sucios;
mis manos abiertas en una mutación de aletas
Después, pero solo algunas veces, digo en voz alta: agua
y vuelvo a dormirme.
Esta noche, el mar era un océano verde con bancos de peces inmensos y semitransparentes, funcionando como pequeños espejos reflejando, despistando, iluminando y cegando. Y yo buceaba. Arriba, donde rompen las olas que apenas se han formado estaba otra mujer mirándome allá abajo pisando el agua, hundiendo sus pies hasta los tobillos.
Los bancos de peces se abrían a mi paso y me sentía enrabiada, corriendo, vibrante en fogonazos de hambre si tuviera que resumirlo: de caza.
Aquella que nadaba se lanzaba a por aquella yo que me miraba.
Y al agarrarle por los pies y tirar de ella hacia abajo, conmigo, dentro de ese reescrito mar verde: ha gritado. Un sorprendido grito, tomada por sorpresa, RAPTADA.
Me he despertado
...
Siempre que sueño con agua soy la víctima. Son pesadillas, nada más que pesadillas de las que me quiero deshacer coleando, palmeando y echando bocanadas como una carpa. Sin embargo hoy no ha sido así. Hoy me he atacado a mi misma dentro de un sueño guionizado como siempre, repleto de agua y bicolor.
Lleva lloviendo toda la mañana, y es como una pequeña broma que llevo colgando de la boca, sonriente.
Agua
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