30 de junio de 2010

La (des)ilusión de Francia

En 1998 Francia deslumbró al mundo con su fútbol, ganaron un Mundial rezumando un talento multiétnico que a muchos por entonces nos dejó embelesados.


Estos fueron los jugadores que conformaron el equipo que ganó a Brasil (algo así como Perseo contra los Titanes o Teseo contra el minotauro o Sifrig contra el dragón etc etc)

Una GESTA y todos loamos aquel equipo donde franceses blancos, con sangre magrebí, con acento antillano y con el aroma de Africa se combinaban a la perfección.

Han pasado 12 años, el fútbol francés se ha pasado un lustro sin estar en lo más alto, nadie se sabía el nombre de más de tres equipos de la liga francesa, no hasta que aconteció el Lyonazo contra el R.Madrid... ahora la gente ya se sabe cuatro nombres. Cuando se inicia el mercado de verano nadie nombra a jugadores franceses no hasta el año pasado (Benzema, Ribéry). Los del Barça le debemos una Champions a Guily y hemos sufrido a Petit y a Blanc

En aquel equipo no jugó Laurent Blanc, quien será en breve el nuevo seleccinador francés tras la marcha de Raymond Domenech (de padres catalanes). ¿Curioso? nosotros que nos pensábamos que el "chiste con los seleccionadores" solo nos pertenecía a nosotros... pues no.

Domenech fue nombrado seleccionador en 2004 para reemplazada a Jacques Santini, después que Grecia les eliminara de forma desastrosa en las semifinales de la Eurocopa del mismo año.

"El Rey ha muerto, viva el Rey"

Todos hemos visto, leído y escuchado (tele-radio-conversaciones en bares-buses) qué ha sucedido con la selección francesa en este mundial de Suráfrica. Los desmanes de jugadores como Anelka enfrentándose contra su propio entrenador, Evra discutiendo en un entrenamiento con un preparador físico, Ribéry insultando a Gourcuff, éste escondiendose de las cámaras, declaraciones y más declaraciones sacadas de contexto o bien puestas en su contexto barriobajero.

¿A dónde quiero llegar? Al Debate (sano o no) que ahora mismo está teniendo lugar.

Francia está dividida, lo está desde hace décadas. Y ahora se resquebraja en todos los ámbitos. Francia sigue siendo fuerte económicamente pero sus cimientos sociales han dejado de sostenerse por sí solos, llegó un punto en el que no pudieron sostener al Estado y atomizándose han sobrevivido creando sus propios micro-grupos de poder. Hay una Francia blanca, una Francia de las landas, una Francia de Marsella, una Francia que se reivindica de las Antillas y otra que silva su himno y cuelga su bandera tachada en los balcones. Francia vivía en una ilusión y nos la vendió.

... Hasta 2005. Las banlieus se despertaron agitadas durante aquellos días de octubre, llenaron subitamente nuestras pantallas y pocos le dieron una explicación que no fuera la de "hijos de immigrantes descontentos". La problemática de la segunda generación, que como suele pasarnos (aquí en España) vamos a copiarle a Francia (porque somos así y copiamos lo bueno y lo malo de los vecinos). El por entonces ministro de interior era él mismo un miembro de esa "segunda generación" de immigrantes: Zarkozy (hijo de un noble húngaro y de una francesa judía sefardi)

Cinco años después apenas nadie recuerda aquellas noches inflamadas, los corresponsables hablando con el mismo tono que utilizarían para hablar en Gaza o en el Líbano, nadie recuerda los trenes parados, las calles regadas, las fatwas, los llamamientos a un orden falseado.

Francia seguía siendo el oasis de la convivencia, donde los británicos debía soportar con vergüenza los ataques a las comunidades indias y pakistanís por grupos de jovenes blancos, donde los alemanes apaciguaban los ánimos en los barrios de mayoría turca, donde los belgas debían apagar los incendios intencionados en casa de acogida para menores inmigrantes... Francia seguía vendiéndonos su ilusión.

En 2010... cuentan las crónicas que dentro de la selección francesa se ha vivido un breve "octubre del 2005", lo cuentan los periodistas desplazados en Suráfrica y mientras la opinión pública se escandaliza, sociólogos y técnicos en mediación social se ponen manos a la obra y empiezan a escribir sus artículos y a utilizar el caso para sus tesis.

Uno de ellos es el filósofo Alain Finkielkraut, quien directamente en su artículo del 21 de junio dijo "Tout ça c'est la faute des racailles de banlieue, même ceux de l'équipe de France et qui n'aiment pas la France" (Todo es culpa de la escoria de los suburbios, incluso los del equipo de Francia y que no les gusta Francia).

Finkielkraut señala directamente a unos determinados jugadores: Anelka, Evra, Gallas, Adibal y Ribéry. Según él son estos jugadores quienes han convertido el equipo en una banda-gang de barrio suburbial (todos fueron criados en sendos banlieus), ellos son quienes han dividio en el sentido más mesiánico (conmigo o contra mí) el vestuario y han centrado sus críticas hacia los jugadores "blancos" que no les han seguido el juego. La génesis de una élite futbolística fictícia e inmadura.

El caso más notable es el de Ribéry contra Gourcuff, aunque también destaca el polemista que están los Lloris y los Toulalan y los Boumsong. Pero como os decía el ejemplo es el odio visceral que parece profesarle el jugador del Bayern al joven mediocentro del Girondins de Burdeos.

¿Pero quién es Yoann Gourcuff? Es alto, guapo, tiene estudios, hijo de una familia medianamente acaudalada, tiene contratos publicitarios, no ha protagonizado ningún escándalo, es perfil barça que dicen algunos, elegante y poco sonriente. Ha militado en clubs de Francia e Italia, tiene títulos y lo pretenden multitud de clubes, nombrado jugador del año en Francia (por encima de Ribéry, quien ha sufrido un annus horribilis con fichajes fallidos, lesiones, confrontaciones con su entrenador y un escandalo con prostitutas menores de edad que de refilón salpicó al Benzema)

¿Se trata de un caso de envidia individual? o ¿se trata de una especie de revanchismo social a pequeña escala? Podríamos decantarnos por la primera pero como apunta Finkielkraut la dudosa intervención de Zidane a favor del bloque "marrullero" evidencia que el fútbol francés y su delegación están copados precisamente por lo que él denuncia (Finkielkraut).

Lo que nos deslumbró en 1998 se ha corrompido, ha tomado los mandos y ha decidido marcar quien puede y quien no puede formar parte del equipo. No es culpa de Domenech, ni lo será de Blanc, tampoco de quienes dentro del equipo no pueden hacer nada para que no siga reproduciéndose... lo es a nivel individual, lo es de Francia.

Pero, además ¿cuál es el mensaje que se proyecta desde muchas administraciones con el deporte? El de la Integración. Es un deber de dichas administraciones promoverlo, deben insistir y no deben cejar en el intento de procurar un tejido social cohesionado y homogeneo (curioso si el discurso propugna la multiculturalidad). Esa utópica homogeneidad es un pacto de mínimos de todas todas, y este es otro debate, mucho más profundo entre la sociedad que "recibe" y la sociedad que se genera a la sombra de las "llegadas".

Sin embargo, esta integración como hemos visto genera una "cambio de roles" en el equipo francés y en el equipo de colegio... Otro punto débil, otro más en todo el sistema, en la red de fútiles políticas sociales de la Europa Occidental.

Ya por último, porque sé que soy muy pesada:
http://www.elchupete.com/es/portada
Festival de comunicación infantil, esta edición gira en torno al Fútbol.

Menudo empacho.

Cualquier comentario, duda sobre mi posicionamiento, crítica (por salvaje que sea) y/o añadidura, correcciones o puntualizaciones... Sed libres de escribirla.

3 comentarios:

Karstiel dijo...

Pues que decir ante semejante post... Yo creo que la decadencia que envuelve a Francia no es algo único, sino que está todo el mundo en decadencia, es decir, creo que toda la raza humana ha entrado en decadencia porque, supongo, el modelo de sociedad está totalmente desfasado.

Pd. Por cierto, soy francés; Vivía al lado de la vieja ópera xD

Clara dijo...

Sí Karstiel, la decadencia es común a todas las sociedades,pero en el caso de Francia está se ha carcomido y es un mueble bonito hacia fuera, pero está agujereado por dentro como ningún otro.

Y, en este mundo donde todos nos dejamos llevar por corrientes de confianza (la bolsa) pues más que nunca es clarificador el caso de hasta qué punto Francia ha sabido vender un control y un equilibrio que no tiene desde (algunos apuntan) desde la década de los sesenta.

Es una lacra de las grandes metropolis, a nosotros nos tocó en el siglo s.XVII- XVIII y todavía la arrastramos, a ellos ahora y de regalo a todo el resto (incluidos nosotros).

¡No lo sabía! Tengo tantas ganas de volver... aix

PD: gracias por leer, no es un blog muy frecuentado por eso me gusta/emociona saber que lo leéis ^^

Karstiel dijo...

La verdad es que Francia es un lugar para perderse y dejarse llevar (de ahí su encanto y maldición :S )

Pd a la Pd. Ñee, gracias a ti por escribir ;)

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...